TESINA: “Las mujeres: se matriculan en la profesión Trabajo Social en mayor cantidad que los hombres”

miércoles, 23 de febrero de 2011

ANÁLISIS DE ENCUESTAS

Se puede observar claramente que el colectivo estudiantil de la carrera de Trabajo Social es en su mayoría mujeres; para ser más precisos, en el último censo obtenido, realizado en el año 2006, los datos muestran que el 90,95% de los alumnos son mujeres.
Existe, sin embargo, otro tipo de información que puede aportar más datos a éste análisis. Como se dijo anteriormente, se realizaron encuestas a diez (10) estudiantes de sexo femenino y a diez (10) estudiantes de sexo masculino, ambos de diferentes edades. Esto puede observarse de mejor manera en los siguientes cuadros:

Tabla N°1: “Distribución de  mujeres según grupos etáreos”

Grupos Etáreos
Porcentajes
De 19 a 22 años
20%
De 23 a 26 años
60%
De 27 a 29 años
20%













En éstos gráficos se puede observarse que el 20% de las encuestadas mujeres oscilan entre los 19 y 22 años, el 60% tiene entre los 23 y 26 años y el 20% restante oscilan entre los 27 y 29 años de edad.

Tabla N°2:Distribución de encuestados hombres según grupos etáreos”

Grupos Etáreos
Porcentajes
De 19 a 22 años
0%
De 23 a 26 años
70%
De 27 a 29 años
30%





A diferencia de los gráficos anteriores se muestra que no hubo encuestados de sexo masculino entre los 19 y 22 años, el 70% tenían entre 23 y 26 años y el 30% final tenía entre 27 y 29 años de edad.

Por otra parte, en el cuestionario realizado a estudiantes de ambos sexos se realizaron preguntas que hacen referencia al porque decidieron estudiar la carrera de Trabajo Social, las respuestas frente a ella fueron las siguientes:




Un 15% respondió que fue debido a su participación en espacios religiosos católicos y/o espacios comunitarios; un 20% afirmó que fue debido a su inquietud acerca de las problemáticas sociales; un 30% consideró que fue por ayudar a mejorar las condiciones de vida de la gente; un 10% expresó que la conocieron por allegados o familiares que comentaron de su existencia; un 10% respondió que no sabe y el 15% restante hizo referencia a cuestiones distintas como ser “para poder desarrollar una profesión que aparte de solventarme económicamente, me enriquezca como persona” o “siempre me interesó, es la que más me representaba” o “por la amplitud de espacios de intervención”.

El cuestionario tenía también dos preguntas referidas a: una si considera que el Trabajo Social es una profesión de mujeres, y, otra, si cree que la sociedad acepta la decisión de un hombre que elige estudiar una carrera a la que concurren más cantidad de mujeres.




Con respecto a la primera pregunta el 90% de los estudiantes respondió que el Trabajo Social no es una profesión de mujeres, sin embargo se obtuvieron otras respuestas dentro de ésta como “hay una cuestión de género que atraviesa a la profesión pero no necesariamente tiene que ser de mujeres”, o “cualquier persona puede ser motivada ante “lo social”, o “eso es sólo un mito”, o “no pero creo que es una carrera elegida en su mayoría por mujeres”. Solo el 10% respondió que si es una profesión de mujeres afirmando en uno de los caso la siguiente expresión “en primer año el 98% son mujeres ¡esto es significativo!”



En relación a la segunda pregunta se obtuvieron las siguientes respuestas: el 65% dice que la sociedad acepta la decisión, y dentro de ésta el 5% remarca su rápida inserción en instituciones y el 5% dijo que para las problemáticas actuales si las acepta”; y el 35% restante opina que la sociedad no lo acepta aunque dentro de ella se encuentran otras variantes siendo las siguientes algunas de ellas: “tal vez no tiene la aceptación que si se eligiera alguna de las carreras tradicionales”, o “puede que lo acepten, pero en la mayoría de los casos prejuzgan en relación a la condición sexual” o “depende a que persona se le pregunte, ya que vivimos en una sociedad machista y para muchos es raro” o “creo que los sectores más tradicionales esperan otro rol del hombre, por lo tanto se desvaloriza al hombre que desempeña su trabajo en ámbitos sociales, sin siquiera ocupar lugares de poder”.

Otra de las preguntas insertas en dicho cuestionario consistió en si el sexo masculino tendrá mayores posibilidades u oportunidades de trabajo, y ante ésta las respuestas pueden clasificarse en:




El 50% consideró que no hay diferencias; un 15% dijo que si existen diferencias; un 10 % expresó que depende de las capacidades, herramientas y modalidades de que cada uno desarrolle, y un 25% manifestó que depende del ámbito de trabajo en donde uno se inserta.

En cuanto a las condiciones laborales la pregunta se redactó de la siguiente manera: ¿Considera usted que el Trabajo Social es una profesión redituable?, y las respuestas fueron las siguientes:




El 60% consideró que no es redituable, dentro de ésta respuesta se encuentran algunas variables; “no porque generalmente uno tiene que tener dos trabajos al mismo tiempo para lograr un ingreso que te permita vivir”; “no es de las carreras con mayores sueldos o más prestigio” o “no lo es en comparación a la mayoría de las carreras universitarias” o “no, por ahora”; un 10% dijo que si es redituable; y un 30% considera que dependen de algunas circunstancias por ejemplo “de los caminos que se abra cada persona y se puede modificar si se avanza en la legitimación y reconocimiento de la profesión” o “según donde se trabaje” o “para conseguir un trabajo redituable se necesitan contactos y cuña”.
En dicha encuesta se realizó una pregunta abierta en relación a que pensaban los encuestados sobre el Trabajo Social en general y las cuestiones que surgieron son muy heterogéneas, ellas pueden resumirse en:




·        Un 30% planteó que es necesaria la incorporación de varones a la carrera de Trabajo Social por diversas cuestiones, entre ellas se pueden nombrar: “para promocionar la carrera” o “porque son más aptos para determinadas situaciones” o “para que cambie el concepto del Trabajo Social”. Pero además se encontraron otras fundamentaciones: “no veo porque no pueden hacerlo, los problemas sociales atañen a todos”.

·        Un 15% remarcó que el carácter femenino de la profesión refiere a que estamos insertos en una sociedad machista haciendo hincapié en “la carrera se relaciona a la protección, al cuidado, a enseñar, y son tareas que históricamente han sido reconocidas como de la mujer” o “estamos insertos en una sociedad machista y lo social esta ligado más a la mujer” o “ésta sociedad en la que estamos insertos hace que no sea bien visto que los hombres muestren ciertas sensibilidades ante las problemáticas sociales”.
·        Un 30% considera que todavía no esta reconocida la carrera, aquí se diferencian dos posturas a saber: “hoy en día, el Trabajo Social está muy desvalorizado y estigmatizado, ya que es visto como una profesión para ayudar a los pobres, por la cual “hoy” en la actualidad se trabaja en situaciones de precariedad laboral”; otro planteó “hasta que el Trabajo Social no sea visto con la utilidad socialmente que debe ser, y lo social se considere como derecho, no estará al nivel de las carreras tradicionales”.

·        Un 10% insiste en que el Trabajo Social es poco redituable  afirmando  “es tan poco redituable como otras profesiones ya que hoy por hoy el trabajo en sí está precarizado” o “la profesión está bastante mal paga por un no reconocimiento a la misma, por dejarla de lado”.

·        Y finalmente un 15% plantea cuestiones referidas al compromiso de los trabajadores sociales manifestando “sería bueno que para el que elije la carrera lo haga por compromiso con lo social” o “debemos encontrar y construir un equilibrio entre las necesidades, los deseos y la posibilidad/ necesidad de aportar a cambiar la realidad”.


En el análisis de las encuestas se puede observar que las alumnas mujeres, en su mayoría, son muy jóvenes, y existe un muy bajo porcentaje de estudiantes que han elegido estudiar una profesión anterior; de las cuales el 80% han decidido estudiar la carrera de Trabajo Social durante el transcurso del secundario o en el ultimo año de éste; y 20% decidió hacer la carrera dos o tres años después de finalizada la educación media y después de haber hecho otros estudios. 

Se cree necesario señalar, que éste 20% último, son estudiantes con profesión anterior, y que éstas son profesiones consideradas “femeninas”. Asimismo, se destaca que dicha elección fue libremente hecha.
A diferencia de las mujeres, se puede observar que los varones están más atrasados en los años de cursado, siendo el 40% los que han terminado de cursar en los cinco años respectivos.

Se observa, además, que el 60% de los alumnos encuestados terminó de cursar en los cinco años respectivos, el 20% se atraso dos años y el 20% se atraso más de tres años en la carrera.

En éste sentido, se advierte que el atraso de los alumnos tiene la incidencia de factores que van más allá del sistema educativo, ligados a las propias concepciones acerca de la profesión. Ante esto, es importante de subrayar algunas opiniones que se escuchan en relación de esto:


“Yo al estudio me lo tomo con tiempo y calma”

“Hago la carrera a mi ritmo, total quién me apura”

“No voy a dejar de vivir para recibirme más rápido”

“Recibirme me voy a recibir, pero yo me tomo mi tiempo”


Por otra parte, en el cuestionario se realizaron preguntas que hacen referencia al porque decidieron estudiar la carrera de Trabajo Social; aquí aparece una lista de razones objetivas por las cuales se decidieron finalmente a seguir la carrera son las siguientes:


“Aportar al mejoramiento de las condiciones de vida de familias”
“Modificar algunas situaciones sociales conflictivas”

“El interés por el ámbito social”

“Aportar a la transformación de la realidad”

“Preocupación por las problemáticas sociales y por buscar una forma de colaborar”

“Por experiencias de ayuda comunitaria hecha por familiares en comedor comunitario”

“Para poder ayudar a la gente desde un marco teórico, y con las herramientas necesarias”


Hay otras fundamentaciones del tipo “siempre me interesó, es la que más me representaba”, o “por la amplitud de espacios de intervención” o “por conocidos o familiares que comentaron de su existencia”.

“Aportar”, “modificar”, “colaborar”, “ayudar” son algunas de las razones que los estudiantes manifiestan; de ello se pueden hacer dos apreciaciones:


·        Por un lado, aparecen quienes “buscan actuar”, quienes quieren modificar algunas situaciones sociales conflictivas, ayudar a cambiar la estructura, ayudar a mejorar las condiciones de vida de la gente, aportar a la transformación de la realidad.

·        Por otro lado, aparecen quienes buscan conocimientos o teorías para poder actuar en la realidad con las herramientas necesarias para ello.

Aquí se cree pertinente hacer una apreciación de gran importancia, la mayoría de los estudiantes que se enmarca en la primera cuestión recién planteada han sido mujeres, es decir, que el 70% de las mujeres han expresado su motivación de “ayudar”, “asistir”, “mejorar” y “cambiar estructura”.

A partir de esto se puede concluir diciendo que no se ha cambiado totalmente la percepción que la mayoría de las mujeres tienen del concepto de género recibido. Y que aún ellas mismas se consideran las encargadas del trabajo de “amar” y de cuidar los vínculos afectivos. Esto muestra, asimismo, que en el plano laboral-profesional, las mujeres se siguen relacionadas con prácticas en las que ésta prescripción sigue imperando.

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